Hoy cumple 4 años mi hija mayor, y siempre le cuento la
historia de cómo llego a este mundo, me
gusta que a través de esta historia ella
vaya imaginando y preguntado cada vez que cumple un año más de vida. A veces
cuando la hago dormir también me pide, “mamá cuéntame la historia de cuando nací”
Eran las 2 am de un Martes 13 de Julio, mi mamá había venido
de Chile para estar conmigo, mi marido dormía, y sentí los primeros síntomas,
sin saber que eran los síntomas, a pesar de que había estudiado todo sobre los síntomas.
Rompí fuente, pero de apoco, entonces no le tome importancia, hasta que ya se
hizo más evidente, desperté a mamá, luego a Mr. B. Llamo al doctor y este le dijo que nos fuéramos inmediatamente
a la clínica, mi maleta con mi ropa y la de la bebe estaban listas, pero
siempre te falta echar alguna cosita extra, mi marido hacia rápidamente la suya
. Todos estábamos en pijama, así que nos vestimos y nos fuimos. La clínica queda
lejos de donde vivo, pero como eran las 2 am. El tráfico estaba expedito. Si
esto hubiese sido a las 2 de la tarde en Lima seguro tenía la guagua en el auto
camino a la clínica.
Desde que supe que quede embarazada, tenía dos ideas fijas,
dar a luz en forma natural, con epidural eso sí! Y que le iba a dar lactancia
exclusiva a mi hija. E iba con esas ideas a la clínica, con esos miedos, le decía
a mi marido que solo aceptara una cesárea si era realmente de emergencia y también
se lo hice saber a mi doctor durante todas mis consultas prenatales, cuando en algún
momento él me dijo que programáramos una cesárea, le dije no, me dijo que tal
vez se iría de viaje, entonces le dije, que me dejara a otro doctor y que yo
estaba segura que estaría tan preparado como él. Entonces el entendió que yo
era terca, terca, terca. En fin ese era mi mayor miedo, a pesar de que mi
doctor me había hecho saber que respetaría todas mis decisiones.
Bueno, llegue a la clínica,
especialista en maternidad, pero todo estaba cerrado, el guardia dormía, la
recepcionista dormía, tuvimos que tocar varia veces la bocina para que nos
dejaran entrar, cuando llegamos, la recepcionista nos pregunta que necesitábamos,
Mr B. Todo nervioso trataba de explicarle, hasta que yo di un pequeño grito de
dolor por una contracción, ella pregunta, va a dar a luz, siiii, dije y se
prendieron todas las luces y todos reaccionaron, me llevaron a la sala, me
pusieron bata, me revisaron y me pusieron todos los aparatos para escuchar el corazón
de mi hija y las contracciones. Estas eran aun pequeñas y con poco dolor, a
medida que avanzaban las horas cada vez era más dolorosa, me paraba, caminaba,
gritaba de dolor, siempre apoyada de mi mamá o mi marido a quienes sus manos
apretaba hasta mas no poder, trataba de ver televisión, de respirar como me habían
enseñado en las clases, de conversar, hasta que de nuevo venían las
contracciones, entraba una y otra vez la enfermera, mi doctor. Todo estaba
bien.
Las horas seguían pasando y las contracciones eran cada vez más y más
fuertes, gritaba, me escuchaban en toda la clínica, Dios! Nunca había sentido
tanto dolor en mi vida, apenas llevaba tres de dilatación, y las enfermeras
llamaron a mi doctor para decirle que me pondrían anestesia porque yo ya no daba más con el
dolor. El doctor accedió, ahora venía la temida epidural, como primeriza había leído
todo sobre todos los temas del parto, y la epidural, era otro de mis miedos. Vino el anestesista y me puse en posición
fetal, por suerte, no sentí nada, pero mi cabeza no paraba de dar vueltas
por mil preocupaciones, al rato, comenzó
a hacer efecto….y …wou! Que sensación más placentera, pude volver a hablar, a
mirar, a pensar, pude estar tranquila, sin nervios, mi mamá y Mr. B también estaban
más tranquilos de verme a mí en paz. Así pase el resto de la tarde, hasta que
20 para las 9 PM. El doctor me reviso por última vez y me dijo estamos listos,
también me dice, se está pasando el efecto de la anestesia, te propongo
que ya no te pongan más, para que me ayudes y pujes, claro!! le dije ( inocentemente
). Me llevaron a sala de parto, me
prepararon, prepararon a Mr. B . Y
efectivamente comencé a sentir nuevamente las contracciones, el doctor decía puja
puja y yo no sabía cómo hacerlo, todas
las clases que había tomado, de nada me acorde, ni siquiera como respirar. No podía,
me dolía demasiado, yo estaba desorbitada por el dolor, Mr. B me decía respira,
respiraba conmigo, nada resultaba. Yo solo gritaba de dolor, las contracciones
eran muy fuertes, la bebe solo quería salir. El doctor , me decía mírame , mírame,
y yo como si mi cabeza diera vueltas en círculos fije mi mirada en él y me dice: tienes que ayudarme , si no tendré que hacer cesárea, dio en mi punto débil,
así que con toda mis fuerzas , puje una vez, puje dos veces, puje 3 veces ,
puje 4 veces y después de 19 horas de trabajo de parto…ahí estaba mi hija, la agarraron,
la levantaron para que la viera, salió
con los ojos súper abiertos mirando todo, no lloro, no sé como describir lo que
sentí en esta parte , pero era una emoción tan grande, yo lloraba de hecho. La
pusieron en mi pecho y le decía hija te amo, al fin nos conocemos. Mi marido
estaba tan emocionado como yo, éramos solo los 3, no existían médicos, ni
enfermeras, solo los 3 embriagados de amor y felicidad.
El dolor, las contracciones y todo lo demás, había desaparecido
como por arte de magia. Se llevaron a la
bebe y a mí a otro cuarto, Yo solo quería comer, si, comer, tenía un hambre
feroz, y lo único que me dieron fue una sopa, en mi cuarto me esperaban unos
muffins del starbucks que me había llevado mi amiga Li. Pobre, Li. Es una amiga menor que yo, en ese
entonces tenía 20 años, y le toco escuchar todos mis gritos de parto, jajaja,
ni le quedaron ganas de imaginarse teniendo un parto normal. Me comí los
muffins, seguía con hambre feroz, así que delivery y una hamburguesa gigante
para mí.
Llevaron a mi princesa al cuarto y viví otra de las cosas más
esperadas, darle de lactar, lo espera tanto y valió la pena porque es algo que
no tiene palabras, una conexión increíble que sentí con mi hija y así lo viví
por 11 meses.
Y así fue como un 13 de Julio 2010 me convertí en mamá por
primera vez, y ya llevo cuatro años de eso, aprendiendo, equivocándome, siendo
feliz, pasando por momentos difíciles, convirtiéndome en madre por segunda vez.
Ser mamá me cambio la vida y no es solo una frase cliché, realmente me cambio la vida, y a
pesar de toda la locura y las noches sin dormir….es algo que me cambio para
mejor y me hizo una mejor persona.
Cuéntenles a sus hijos para sus cumpleaños, o en cualquier
momento, como vinieron al mundo, cuéntensela cada año, aunque de primera tengan
que sintetizar la historia, aunque de primera no te entiendan, verán como al
pasar el tiempo, ellos se mostraran más interesados de los detalles y así ira traspasándose
de generación en generación y se puede trasformar en una linda tradición.
PD: Mamá Trabajando: FELIZ CUMPLEAÑOS QUERIDA HIJA!
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