jueves, 17 de julio de 2014

Mi hija ya no quiere ir a clases de Ballet ( y era lo que mas quería )

Existen miles de actividades extra programáticas en donde uno puede poner a sus hijos para que vayan a aprender una nueva disciplina,  hay mamas que llevan de una a otra todos los días a diferentes actividades, lo cual está bien, siempre digo que cada familia o persona es su propio mundo y cada cual hace las cosas según sean sus creencias o preferencias. En mi caso, yo no soy de llevar a muchas actividades, por ahí en verano la meto a clase de natación, por un tema de seguridad cuando vamos a las piscinas y así se pueda divertir sin problemas, 

Mi hija de 4 años va al nido sale a la 1 :14 pm se divierte , la pasa bien , viene a casa , almorzamos juntas y después siempre tiene una invitación a jugar donde una amiga o alguien viene acá, o me acompaña a algún lugar, o se queda en casa jugando con su hermanita o visitamos a alguien o simplemente tiene tiempo para aburrirse, la dejamos que tambien se aburra para que ella busque y cree cosas que hacer y siempre sin excepción salen cosas muy divertidas. Mete a su hermanita dentro de una caja y la pasea o hace castillos de princesa con mantitas .

El año pasado, la lleve a su primera clase de ballet, porque ella me pedía ir con una amiguita del salón. La lleve y le gustó mucho, mi hija no es de las niñas que entra en confianza inmediatamente , necesita su tiempo para entrar  y quedarse sola, la profesora lo entendió así y me permitió quedarme , solo necesite dos clases y luego ya se quedó sola, yo la esperaba afuera. Salía feliz y llegaba a casa practicando los pasos nuevos.  Dejamos de ir porque vinieron las vacaciones de invierno y las clases pararon, después yo con la hermanita recién nacida no podía salir mucho, no tenía ayuda , así que dejamos de ir.

Desde hace unas semanas atrás, ella me insiste que quiere ir a ballet, así que por supuesto le dije que sí, me pedía ir con su amiguita nuevamente, así que coordinamos con la mamá de la amiguita y las llevamos a la misma academia. El Martes llego del nido con su abuela y le dije, “Hija hoy iras a clases de ballet”, no podía más con su alegría, no quería ni almorzar, solo quería ponerse la ropa de ballet e irse, almorzó ( por suerte), y le puse su tutu, los zapatos, las pantis , su polo, hasta le hice un peinado de bailarina , estaba tan feliz, bella, entusiasmada que ya no cabía mas felicidad en ella. Y en mí también, de verla tan ilusionada.

Nos subimos al auto y teníamos que encontrar la dirección, ella me ayudaba, participaba diciéndome, tal vez, sea por aquí, busquemos a otras amiguitas si están con vestimenta de ballet y así fue como encontramos la academia.

Entramos , saludamos, me dicen que la profesora ya llego , nos encontramos con más de una amiguita que conocíamos y yo con sus mamas, entro al salón y me presentó con la profesora, y le presento a mi hija, nos saluda. Mi hija no quería soltarse de mi pierna y quería que me quedara un ratito, yo le decía que la esperaría a fuera con las otras mamas, pero me decía, “un ratito más”. Entonces me quedaría un ratito, pero obviamente le pregunte a la profesora si podía quedarme, y me dice: Nooo, lo siento, y se da vuelta fríamente y sin hablarme más. Ante eso, no me quedo que decirle a mi hija que no me podía quedar, mi hija escuchó decir eso a la profesora y menos quería quedarse, entonces tuvimos que salir. Desde afuera y con la puerta abierta  mirábamos como comenzaba la clase, luego la profesora cerró la puerta porque dijo que hacia frió, aun podíamos seguir mirando la clase a través de los ventanales. 

Mi hija aún estaba ilusionada, no quería dejar de mirar, luego después de decirle que si no entrabamos nos iríamos, ella intento entrar de nuevo, pero no pudo, no encontró a nadie que la inspirara a hacerlo, la profesora seguía indiferente a la nueva alumna que era mi hija.

Mi corazón se llenaba de tristeza, es más, ahora que escribo, también la siento.

Abrigue a mi hija, porque cuando llegamos se quiso sacar todos los abrigos para quedar solo con su ropa de ballet, a pesar del frió que hacía. Las otras mamas nos miraban con pena, porque vieron en mi hija el entusiasmo Y no pudo entrar. Me daban consejos, me decían que la dejara y que mirara, que no me la llevara aún.

Me fui a hablar con la encargada, y le comente lo sucedido, entonces me dice, como, bueno, que le vaya bien. Entonces le digo, pero mi hija le gusta y quiere aprender ballet, que podemos hacer, le pregunto si para la próxima clase podría entrar un rato, me dice que no, le explico que mi hija necesita entrar en confianza que no conoce a nadie, pero que luego lo hará, me dijo que no. Entonces le digo, que solución me da, me sugiere que la lleve  el jueves y que entre con ella. Mi hija estaba por ahí, así que no quise insistir o ser más pesada de lo que estaba siendo por la impotencia de no me ayudaran.

Mi hija  me dijo que ya no quería mirar y que nos fuéramos, nos despedimos y nos fuimos, entramos al auto y se puso a llorar muy tristemente, me dijo que se quería sacar la ropa y que ya no quería regresar nunca más. Mantuve la calma, pero mis ojos sostenían más que lagrimas para no llorar. Entonces le explique que en algunas academias no dejan entrar a las mamas, pero que yo podría mirarla desde afuera, ella se recordaba de la primera vez que fuimos  que si me pude quedar dos días. Le dije hija sé que es importante para ti y buscaremos una solución, nos fuimos a un cafecito que siempre vamos juntas, yo por mi late y ella pro si crosaint. Conversamos mucho y su sonrisa volvió a ser la de siempre, entendió perfecto lo que le dije.

Llegamos a casa y mi mamá y mi marido nos preguntaban como nos había ido en la clase, le dije que bien, y ella me dice mamá cuéntales, entonces le pregunto, de verdad puedo contarles lo que paso y me dijo que si, cuando ocurren cosas así, siempre respeto la intimidad de lo sucedido y le pregunto si se siente bien con compartirlo, en algunas ocasiones, me ha dicho que no cuente algunas cosas. Siempre trato de respetarla mucho.

Mr. B. también se entristeció con lo sucedido, sobre todo porque ella decía que ya no quería ir más a las clases de ballet, nuestras pena no paso por ella no ira  a la clase, si no, creo por el trato poco empático que se me dio y como un trato así puede matar la ilusión de una niña de 4 años por algo que le apasionaba tanto. Es más en la noche cuando se fue a dormir, lo hizo con su cuento de “Berta, aprende Ballet “ lo puso bajo su almohada, porque decía que quería soñar con eso…..como no voy a llorar !!!!!

Ahora ella no quiere ira ballet y me dice que cuando sea grande. No sé qué hacer, estoy analizando si llevarla de nuevo, si llevarla a otra academia, y que pasa si tampoco me dejan quedarme.


Es algo tan normal para mí que mi hija no se dé a la primera, que mire, observe y cuando este en confianza pueda hacerlo, pero me hicieron sentir como un bicho raro, como si mi hija le faltara madurez o que se yo. El próximo año va al colegio….y se que no entrara el primer día como Pedro por su casa , y como siempre nosotros respetamos los tiempos de nuestras hijas, no sé cómo lo haré….si alguien lo sabe qué me lo diga.

lunes, 14 de julio de 2014

domingo, 13 de julio de 2014

Mi hija cumple 4 años de vida y Yo de Mamá.

Hoy cumple 4 años mi hija mayor, y siempre le cuento la historia de cómo llego a este mundo, me gusta que  a través de esta historia ella vaya imaginando y preguntado cada vez que cumple un año más de vida. A veces cuando la hago dormir también me pide, “mamá cuéntame la historia de cuando nací”

Eran las 2 am de un Martes 13 de Julio, mi mamá había venido de Chile para estar conmigo, mi marido dormía, y sentí los primeros síntomas, sin saber que eran los síntomas, a pesar de que había estudiado todo sobre los síntomas.
 Rompí fuente, pero de apoco, entonces no le tome importancia, hasta que ya se hizo más evidente, desperté a mamá, luego a Mr. B.  Llamo al doctor  y este le dijo que nos fuéramos inmediatamente a la clínica, mi maleta con mi ropa y la de la bebe estaban listas, pero siempre te falta echar alguna cosita extra, mi marido hacia rápidamente la suya . Todos estábamos en pijama, así que nos vestimos y nos fuimos. La clínica queda lejos de donde vivo, pero como eran las 2 am. El tráfico estaba expedito. Si esto hubiese sido a las 2 de la tarde en Lima seguro tenía la guagua en el auto camino a la clínica.

Desde que supe que quede embarazada, tenía dos ideas fijas, dar a luz en forma natural, con epidural eso sí! Y que le iba a dar lactancia exclusiva a mi hija. E iba con esas ideas a la clínica, con esos miedos, le decía a mi marido que solo aceptara una cesárea si era realmente de emergencia y también se lo hice saber a mi doctor durante todas mis consultas prenatales, cuando en algún momento él me dijo que programáramos una cesárea, le dije no, me dijo que tal vez se iría de viaje, entonces le dije, que me dejara a otro doctor y que yo estaba segura que estaría tan preparado como él. Entonces el entendió que yo era terca, terca, terca. En fin ese era mi mayor miedo, a pesar de que mi doctor me había hecho saber que respetaría todas mis decisiones.

Bueno, llegue  a la clínica, especialista en maternidad, pero todo estaba cerrado, el guardia dormía, la recepcionista dormía, tuvimos que tocar varia veces la bocina para que nos dejaran entrar, cuando llegamos, la recepcionista nos pregunta que necesitábamos, Mr B. Todo nervioso trataba de explicarle, hasta que yo di un pequeño grito de dolor por una contracción, ella pregunta, va a dar a luz, siiii, dije y se prendieron todas las luces y todos reaccionaron, me llevaron a la sala, me pusieron bata, me revisaron y me pusieron todos los aparatos para escuchar el corazón de mi hija y las contracciones. Estas eran aun pequeñas y con poco dolor, a medida que avanzaban las horas cada vez era más dolorosa, me paraba, caminaba, gritaba de dolor, siempre apoyada de mi mamá o mi marido a quienes sus manos apretaba hasta mas no poder, trataba de ver televisión, de respirar como me habían enseñado en las clases, de conversar, hasta que de nuevo venían las contracciones, entraba una y otra vez la enfermera, mi doctor. Todo estaba bien. 
Las horas seguían pasando y las contracciones eran cada vez más y más fuertes, gritaba, me escuchaban en toda la clínica, Dios! Nunca había sentido tanto dolor en mi vida, apenas llevaba tres de dilatación, y las enfermeras llamaron a mi doctor para decirle que me pondrían  anestesia porque yo ya no daba más con el dolor. El doctor accedió, ahora venía la temida epidural, como primeriza había leído todo sobre todos los temas del parto, y la epidural, era otro de mis miedos. Vino el anestesista y me puse en posición fetal, por suerte, no sentí nada, pero mi cabeza no paraba de dar vueltas por  mil preocupaciones, al rato, comenzó a hacer efecto….y …wou! Que sensación más placentera, pude volver a hablar, a mirar, a pensar, pude estar tranquila, sin nervios, mi mamá y Mr. B también estaban más tranquilos de verme a mí en paz. Así pase el resto de la tarde, hasta que 20 para las 9 PM. El doctor me reviso por última vez y me dijo estamos listos, también me dice, se está pasando el efecto de la anestesia, te propongo que ya no te pongan más, para que me ayudes y pujes, claro!! le dije ( inocentemente ).  Me llevaron a sala de parto, me prepararon, prepararon  a Mr. B . Y efectivamente comencé a sentir nuevamente las contracciones, el doctor decía puja puja y yo no  sabía cómo hacerlo, todas las clases que había tomado, de nada me acorde, ni siquiera como respirar. No podía, me dolía demasiado, yo estaba desorbitada por el dolor, Mr. B me decía respira, respiraba conmigo, nada resultaba. Yo solo gritaba de dolor, las contracciones eran muy fuertes, la bebe solo quería salir. El doctor , me decía mírame , mírame, y yo como si mi cabeza diera vueltas en círculos fije mi mirada en él y me dice:  tienes que ayudarme , si no tendré que hacer cesárea, dio en mi punto débil, así que con toda mis fuerzas , puje una vez, puje dos veces, puje 3 veces , puje 4 veces y después de 19 horas de trabajo de parto…ahí estaba mi hija, la agarraron, la levantaron para que la viera,  salió con los ojos súper abiertos mirando todo, no lloro, no sé como describir lo que sentí en esta parte , pero era una emoción tan grande, yo lloraba de hecho. La pusieron en mi pecho y le decía hija te amo, al fin nos conocemos. Mi marido estaba tan emocionado como yo, éramos solo los 3, no existían médicos, ni enfermeras, solo los 3 embriagados de amor y felicidad.

El dolor, las contracciones y todo lo demás, había desaparecido como por arte de magia.  Se llevaron a la bebe y a mí a otro cuarto, Yo solo quería comer, si, comer, tenía un hambre feroz, y lo único que me dieron fue una sopa, en mi cuarto me esperaban unos muffins del starbucks que me había llevado mi amiga Li.  Pobre, Li. Es una amiga menor que yo, en ese entonces tenía 20 años, y le toco escuchar todos mis gritos de parto, jajaja, ni le quedaron ganas de imaginarse teniendo un parto normal. Me comí los muffins, seguía con hambre feroz, así que delivery y una hamburguesa gigante para mí.
Llevaron a mi princesa al cuarto y viví otra de las cosas más esperadas, darle de lactar, lo espera tanto y valió la pena porque es algo que no tiene palabras, una conexión increíble que sentí con mi hija y así lo viví por 11 meses.

Y así fue como un 13 de Julio 2010 me convertí en mamá por primera vez, y ya llevo cuatro años de eso, aprendiendo, equivocándome, siendo feliz, pasando por momentos difíciles, convirtiéndome en madre por segunda vez.

Ser mamá me cambio la vida y no es solo una  frase cliché, realmente me cambio la vida, y a pesar de toda la locura y las noches sin dormir….es algo que me cambio para mejor y me hizo una mejor persona.

Cuéntenles a sus hijos para sus cumpleaños, o en cualquier momento, como vinieron al mundo, cuéntensela cada año, aunque de primera tengan que sintetizar la historia, aunque de primera no te entiendan, verán como al pasar el tiempo, ellos se mostraran más interesados de los detalles y así ira traspasándose de generación en generación y se puede trasformar en una linda tradición.


PD: Mamá Trabajando: FELIZ CUMPLEAÑOS QUERIDA HIJA!